miércoles, 23 de septiembre de 2009

Todo por la pasta

Vaya por delante que creo, sin ironías, que hay que pagar impuestos, incluso más de los que pagamos, y que hay que aumentarla presión fiscal sobre las rentas altas y sobre el patrimonio, para que quede claro de qué pie cojeo.


En primera página de La Vanguardia de hoy (y remitido por la Agencia Efe):
La vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha asegurado hoy que el esfuerzo que el Ejecutivo pedirá a los ciudadanos -en referencia a la próxima subida de impuestos- "revertirá en ellos" porque generará más gasto social y nuevos impulsos económicos y garantizará el pago por desempleo.
Me quedo más tranquila al confirmar que el destino de los impuestos es el que se supone que debe ser: los ciudadanos. Lo que me preocupa es que la ministra piense que debe decirlo y resaltarlo. ¿Quizá en la mente de alguien estaba que los impuestos deben ir a otro sitio?

Visto lo visto, sí. Millet es un ejemplo, le sacó pasta a todo ciudadano bienpensante, mejor si eran de su misma cuerda católiconacionalista, o sea, gente como Dios manda, con el riñón forrado; pero también aflojaron la mosca todas las instituciones habidas y por haber. Cierto que Millet y su familia son ciudadanos, pero me da que el fundamento ideológico de pagar impuestos no es pagar las obras de su casa o sufragarle las vacaciones a algunos ciudadanos. Bueno, debió de ser un desajuste del sistema, que ya está en vías de reajustarse, sobre todo porque el muy católico Millet está arrepentido; de propósito de enmienda no ha dicho nada. Sobre la penitencia yo tengo más confianza en los juzgados que en Rouco.

Pero es que no gana una para disgustos. Luego me dicen que hay que controlar el cabreo.
La Generalitat admite incidencias en el 16% de los informes de 2007 que no necesitaban concurso. Un informe duda sobre la utilidad del 9,6% de los estudios analizados y considera que en un 3,3% de los casos el precio que se pagó no se ajustó al valor del documento.
A ver, que no soy antisistema, que creo que debe existir un Estado fuerte y que me parece que al propia Administración debe encontrar cómo regularse, pero hay días que me parece que no se aplican a la tarea. Esa misma Generalitat aplica un recargo del 40% en las matrícula universitaria por estudiar una segunda carrera. Dicen que quien ya tiene una licenciatura, si quiere cursar otra consume recursos públicos y priva a otra persona de usarlos y que se trata de racionalizar el gasto de unos recursos que son limitados. Por no entrar en otras posibilidades de ahorro y reparto de la pasta de todos que aportada vía impuestos revertirá en los ciudadanos. Bien es cierto que nunca han dicho en qué ciudadanos.

Así que nada de cabreos ni mal humor. Canalizad vuestra rabia en pensar cómo llegar a ser jefe del Palau o en presentaros conocer a alguien en la Administración que pueda encargaros algún estudio. Los impuestos siempre revierten en algún ciudadano.

PS La Generalitat descarta dimisiones y destituciones porque no ha habido nada ilegal en el asunto de lo informes inútiles. De una ilegalidad se deriva un juicio ( y si corresponde, carcel o multa). La dimisión y la destitución son consecuencia de ser incompetente, en el mejor de los casos, o un jeta, en el peor. Por ambas condiciones, en todas las empresas te echan sin contemplaciones; y cuando lo que gestionas es la pasta común, ¿no pasa nada? Esa pasta tenía dueños, nuestros nombres están en el censo y el de algunos, en Hacienda. Sabiendo que alguno de mis eurillo lo gestionará el que encargó el seguimiento de la almeja brillante o a tner bien registrada la opinión de los periodistas, ¡qué quieren que les diga!, el próximo IVA voy a pagarlo con menos alegría.

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