sábado, 3 de octubre de 2009

Lo que se cocía en Copenhage

No sé si Obama defendió bien en Copenhage la candidatura de Chicago, pero si algo hizo mal, hay que disculparlo. Resulta que tenía en la cabeza otro asuntillo; nada, una fruslería, que no salió ayer en ningún periódico, telediario o tertulia política. Sale hoy en El País; resumida, la noticia es que Obama le ordenó a su jefe militar en Afganistán que acudiera con urgencia y emergencia a Copenhagen para ordenarle que no vaya por ahí diciendo que lo que se necesitan son más tropas para dar más caña.

Stanley McCrystal, el general en cuestión, es partidario de la consigna romana Si quieres la paz, prepara la guerra, y no para de decir y de escribir que hay que mandar más tropas. Obama, que no se sabe muy bien de que ideología es partidario pero no quiere pasar a la historia por llevar la misma política exterior que Bush, le tiene dicho que, mientras se lo piensa, no le manda más soldados, y, de paso, ahorra. Los republicanos, a los que les pirra la guerra (y la pasta que ganan muchos de ellos), le pagan los folios al general para que largue y no pare en informes en plan centurión romano.

A mí me parece (y podría hacer un repaso por la historia para argumentarlo) que los tanques no han conseguido nunca pacificar una región ni reunificar un país ni desarrollar una sociedad. Eliminar la pobreza (que siempre disminuye la corrupción) y aumentar la cultura (que lleva a relativizar los dogmas), sí.

Tanto oír hablar del valor del deporte para unir países y continentes, la fraternidad que despiertan las olimpiadas y el desarrollo que supone para un país celebrar unos juegos olímpicos me ha dado una idea que le regalo a Obama; le servirá para darle un toque original a su política exterior. Para el 2016 no llegan ya, pero yo creo que hay que preparar la candidatura de Kabul 2020, y la de Bagdad para el mundial de fútbol de 2018.

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