domingo, 29 de agosto de 2010

Impaciencias


Parece ser que es cuestión de tiempo que todos arrastremos un dolor profundo e irremediable (al menos uno); una angustia crónica, alguna herida mal cicatrizada. Un si hubiera, un por qué no hice, un tenía que haber dicho. Y probablemente si hubiéramos, nos lamentaríamos por haber. No obstante, conozco algunas personas que parecen no llevar ningún fardo a cuestas. Gente que aparenta vivir tal como soñaron y en cuya vida no parece que haya nada que no desearan. Probablemente es falso; allá cada cual con sus disfraces y sus máscaras.

Me da por aquí después de volver a ver El paciente inglés. Hermosa y triste falsa historia del conde Almasy. Yo que quise ser K, me quede en Laszlo, que diría La Cabra Mecánica (Almasy, el personaje, es más poeta de la calle que Katherine). Pero no sé si sería capaz de ser Hanna (Juliet Binoche interpreta como pocas actrices personajes con síndrome de amantes de Pont Neuf). Hay un momento que el dolor es mayor, mucho mayor que la esperanza de que desaparezca ese dolor: y la tristeza y el desaliento, más poderosos que la ilusión de que se conviertan en otra cosa más ligera. En ese momento, deberíamos tener derecho a una dosis suficiente de lo que sea y a una mano generosa; a ser posible desconocida, para evitar las lágrimas y los remordimientos.

Estaría bien un poco más de respeto por las dimisiones cuando tan poco importan los despidos forzosos; como los recientes de Afganistán. Los de los españoles llorados y honrados, sí, y también los de esos cinco niños muertos por un ataque de la OTAN y que, por alguna razón que yo no consigo imaginar, a la prensa no le han parecido dignos de ocupar portadas y merecer honores.

PS: Hace pocos días me explicaba un amigo su idea de una máquina en forma de casco a disposición de los ciudadanos una vez al año (creo que a partir de cierta edad). La máquina en cuestión ofrecería un pronóstico (¿una predicción?) del tiempo y la calidad de vida restante. Al acabar la evaluación, la máquina preguntaría «¿quiere seguir?» y uno podría pulsar sobre el sí o el no. Eso esquivaría el problema de la mano.

martes, 24 de agosto de 2010

Luna de Mogadiscio


Hoy el mundo está más o menos como ayer. Me encantaría ir a Mogadiscio, aunque solo fuera por pronunciar muchas veces en voz alta semejante topónimo. Pero no está la capital de Somalia como para ir de vacaciones. Allí vamos a esquilmar el mar, pero cuando se matan entre ellos (que no saben que su religión les prohíbe guerrear en el sagrado mes de ramadán) hacemos como que no nos enteramos. Hay que mirar esas fotos, quien pueda sin llorar ni encalabrinarse, para que luego las cosas no nos parezcan tan extrañas.


Pero yo quería poner algo bonito en mi blog, una vez al menos. Se me ocurrió ayer, mirando una luna llena de esas de finales de verano, blancas y serenas, sigilosas.

Quizá si en Somalia se hubieran quedado mirando la Luna... porque digo yo que tendrían la misma Luna que yo tenía en mi balcón. Esta de aquí.

lunes, 23 de agosto de 2010

Aprendices de Padrino


Julian Assange tiene una biografía interesante, de la que el hito más reciente es haber proporcionado a través de wikileaks bastante más información sobre Afganistán de la que el Gobierno estadounidense (los grupos de presión, las multinacionales, los generales y algún financiero) quería que supiéramos; y mucho más de lo que sabremos, porque wikileaks se hizo con tal cantidad de documentos que no hay quien se los lea y los procese.

De los documentos se apoderó un soldado de veintidós años que dice que lo hizo por «ideología», porque «estaba insatisfecho con ciertas políticas militares y quería dañar la política exterior de EE. UU.». Yo creo que el tío está para que lo encierren y será el típico loco con gorro de Napoleón. También es para temblar que el Pentágono cree que el pájaro le birló cientos de miles de documentos clasificados, mails, videos y vaya usted a saber qué otros secretos; el Pentágono lo «cree», cuando los documentos andan por ahí de boca en boca, es decir, de web en web. Y se los ha afanado un tipo al que le rebajaron el rango por pelearse con un amigo pero le dejaron toda esa información que se supone que es peligrosa si no se mantiene en secreto. A Manning lo tienen en un centro de retención de Kuwait, pero me imagino que al psicólogo y al jefe de personal del departamento para el que trabajaba los han dejado en el desierto de Kuwauit, sin centro y sin nada.

Y mientras, a Julian Assange le encasquetan dos acusaciones de violación en Suecia, de la noche a la mañana, sin que se sepa ni a quién ha violado ni cuándo. Y de la mañana a la noche, la fiscalía anula la acusación y dice que ha sido un error. Assange, dice que ya lo habían avisado de posibles acusaciones falsas y que probablemente fueran de carácter sexual. Lo de matar al mensajero no es nuevo, y ya se sabe que en la guerra lo primero que muere es la verdad. Que quieran ocultar información, que sean torpes y que ni por asomo se les ocurra que la transparencia es la característica básica y primordial que los gobernantes deben a la sociedad democrática que les ha dejado el poder un ratito son asuntos que no sorprenden y casi ya ni indignan. Ahora bien, esta vez los métodos son donvitocorleónicos.

Pero no nuevos. A no se sabe quién de la CIA se le ocurrió difundir un video trucado en el que se vería a Saddam Hussein fornicando con un joven (homosexualidad + pederastia, todo en uno); hubiera sido un juego de metanarración y metahistoria que el video lo acompañaran unos poemas de Abu Nuwas. También se les ocurrió montar unos videos con Bin Laden borracho; y también a esto le hubiera ido bien algo de Abu Nuwas. No es la mala uva de la idea lo que me trastorna, no. Lo que me encalabrina* son los temas elegidos para hacer quedar a alguien como un ser repugnante: sexo y alcohol (drogas); no perdamos tiempo en citar el alcoholismo de Bush ni los presidentes pichabravas… Y ahora, con Obama al frente, dos acusaciones de violación (sexo, otra vez) para machacar a Julian Assange. ¡Que aburrimiento y que hartazgo! ¡Qué enfermos están! Lo de la cabeza de caballo en la cama parece una manera honrada, limpia y abierta de hacerte saber que has cabreado a alguien.


* He aprendido el verbo encalabrinar, y lo voy a usar a troche y moche porque me va de perlas para compendiar lo que me pasa, con sus diversas acepciones, de una en una o, a veces, varias al tiempo. Es más, quizá encalabrinamientos sería un buen nombre para este blog, por que ahora ya me encalabrino aunque no me suba a la gavia.

sábado, 31 de julio de 2010

Ligerezas estivales



La semana pasada se formaron colas en todo el mundo para apoyar la guerra más cruel y el exterminio más impune en la República Democrática del Congo. Los partidarios españoles de esas barbaridades estaban muy bien representados en la Gran Vía de Madrid. Presumían orgullosos de llevar ocho o diez horas esperando para colaborar en el expolio de ese país africano. Como premio, conseguían un teléfono con nombre propio Iphone 4. Nadie que hace una cola de ocho horas necesita imperiosamente para trabajar o para vivir un móvil nuevo. Lo que quizá sí necesitan para entender el mundo es trabajar una temporada en las minas de coltán del Congo. Porque ese es el asunto: el coltán, el mineral que necesitamos para nuestros teléfonos y otras aplicaciones tecnológicas, y que exigimos con un empeño digno de defender los derechos humanos, pero no un teléfono, que en la mayoría de las conversaciones que oigo al azar por la calle solo servirá para decir sandeces.
La ONU recibió una lista de veintidós empresas que parecen implicadas en el comercio ilegal de coltán. Alguna habrá que sea legal,pero yo ya no me creo nada. Que parezca legal y limpio solo significa que saben cómo conseguir certificaciones oficiales, no que esas certificaciones digan la verdad (los ensangrentados diamantes africanos se comercializan en el mundo entero con certificaciones israelíes de cumplir todas las condiciones legales; pero ya sabemos el valor que da Israel a la verdad, a la vida y a la codicia, eterno Shylock). Entre esa empresas está Talison, australiana, con códigos éticos e invocaciones al desarrollo sostenible; y con algún otro plan; para echarse a temblar. Ahora se ha dividido en dos: Talison litio y Taliso tantalio. El 80% de las reservas conocidas de coltán del mundo están en África, y de ellas, el 80% en el Congo. Por lo que respecta al litio, hace pocas semanas se anuncio que habían descubierto ingentes reservas en Afganistán, que hay países que deberían tener por himno aquello de «si naciste pa martillo del cielo te caen los clavos». ¡Vaya karma el de los afganos! Hacen que parezca una bendición tener el clima de Benidorm y que te dejen la costa alicatada hasta el techo.
La lástima es que no haya minas de cerebros en algún país del Tercer Mundo. Si así fuera nos lanzaríamos a explotarlas y expoliarlas, y haríamos largas colas para comprarnos uno, y quién sabe si incluso alguien intentaría usarlo. Las reservas mundiales de decencia y sentido común están todas en el Primer Mundo, me temo, y los códigos éticos y las normas medioambientales deben de impedir su explotación, o quizá es que son materias contaminantes; de otra manera no se explica que circulen tan poco y que no haya campañas promocionales para su uso.
PS1:Guglear «coltan blood youtube» lleva a información abundante y detallada, pero, aviso, te fastidian el vermut.
PS2: Hace unos días volcó un barco en la RP del Congo y murieron 138 personas (por lo menos; en eso barcos nunca se sabe cuántos van, sé de lo que hablo), todos africanos, sí,que murieron aplastados y ahogados. Además, ha habido un terremoto de grado 5,7 en Irán. Y las inundaciones causadas por el monzón han obligado a 400.000 personas a abandonar sus hogares en Afganistán y Pakistán; sí, los afectados de ambos sucesos son musulmanes y asiáticos, todos pobres. Los periodistas han decidido, como siempre, que la importancia de los muertos está directamente relacionada con la nacionalidad y la religión.

sábado, 17 de julio de 2010

El barro de los ídolos


Así, en general, a mí me parece que la humanidad es idiota y que las personas tienden a la hijoputez. Creo, de verdad, que la naturaleza humana es ser codiciosos, petulantes, egoístas y soberbios. Lo que me impide que me comporte como Michael Douglas en Un día de furia es que también creo (y lo compruebo a menudo) que hay personas —muchas— que se empeñan en superar el instinto de esa naturaleza y ser generosas, solidarias y humildes. Eso requiere un esfuerzo cotidiano —gigantesco, supongo— y constante, como un entrenamiento que no se puede descuidar ni un solo día de tu vida, en aquellas personas que tienen la posibilidad de tocar mucha pasta, de presumir mucho y de pavonearse ante el prójimo.

Hay personas que lo logran y otras que no. La corriente general no ayuda; la sociedad, los medios y todas esas cosas; o sea, nosotros. Las personas eligen sus ídolos y sus héroes; les dan dinero y gloria, y, si además son jóvenes y guapos (en realidad con que tengan pasta, sean jóvenes y salgan en la tele ya casi todo el mundo los ve guapos), idolatran su imagen, imitan su aspecto, los siguen en Facebook y hacen cola para verlos. Y les ponemos alfombras y focos, o los sacamos en autobús aplaudidos por una masa enfervorizada y rendida.

Hasta yo sé quiénes son Casillas, Torres, Puyol, Villa, etc., y Vicente del Bosque, que es el que más me gusta de los flamantes campeones. Es solo que quiero aprenderme y no olvidar los nombres de las personas que han recibido (y merecido) los premios Nacionales de Investigación de este año: María Antonia Blasco Marhuenda (Biología), Enrique Castillo Ron (Ingenierías), Salvador Barberá Sánchez (Derecho y Ciencias Económicas y Sociales), Ignacio Bosque Muñoz (Humanidades) y Carlos Martínez Alonso (Medicina). Como con los futbolistas que se han llevado la gloria, es posible que haya otros que los merecieran pero el seleccionador tenía que elegir y ahí está el equipo que ha ganado la liga este año.

Y a esto he llegado por una noticia que me ha hecho saltar las lágrimas de emoción. Enrique Castillo Ron es ingeniero de caminos y matemático, lo cual, afirmo y sostengo, es mucho más importante y difícil que ser futbolista o cantante, y, además, requiere mucho más esfuerzo e inteligencia (un currículum vale más que mil palabras); por no hablar de la diferencia entre fallar un penalti o dar un mal concierto y equivocarse en los cálculos de un puente o no recordar bien cuál es el tratamiento más adecuado para una neumonía. Enrique Castillo tiene 64 años, así que podría esperar tranquilamente la jubilación en su posición de catedrático de universidad, pero no; anda pensando cómo aplicar lo que sabe a la cooperación. Y dice que no hay otra opción que destinar el dinero del premio a un proyecto de ayuda al desarrollo en Togo y Benín. ¡Con un par!

Que no digo yo que los futbolistas de la selección (cuyos sueldos suelen ser discretos y comedidos) no se merezcan que les den seiscientos mil euros, a cada uno, por hacer algo tan importante como ganar el mundial y por dedicar toda una vida de estudio y esfuerzo a mejorar la vida de los demás. Pero a mí me gustaría que pasearan a Enrique Castillo en un autobús y que le dedicaran (también a los otros premiados) horas de televisión, estatuas, calles y homenajes variados. Y, sobre todo, que fuera modelo de adolescentes y recién estrenados adultos. Mientras eso llega, hoy necesitaba dejar en algún sitio mi emoción, mi homenaje y mi agradecimiento a la inteligencia de los que se enfrentan a la naturaleza humana y ganan por goleada.

miércoles, 7 de julio de 2010

Pijos sin fronteras


He dejado reposar una noticia un mes a ver si, como me aconseja todo el mundo, le doy menos importancia a las cosas que no me afectan directamente y sobre las que no tengo ninguna influencia. Pero nada, estoy cabreada como el día, hace ya un mes, que salió la noticia de que un tipo que se llama Custodio da forma al primer «beach club» de Barcelona. No a un club de playa, no, a un beach club , no se vaya a pensar alguien que será algo parecido a los antiguos baños de San Sebastián o al Atlético Barceloneta. ¡De ninguna de las maneras! Será un sitio cool, en la onda, con un chill out y todo. Que nadie se ponga nervioso; ya han dicho que no será un club privado sino que podrá entrar todo el mundo. ¡Nos ha jodido mayo con las flores! Solo faltaría que esos pijos de tres al cuarto, ignorantes y socialmente prescindibles pudieran montar un club privado en un espacio que la Constitución dice que es público y para el disfrute de todos los ciudadanos.

Y sin embargo, sospecho que «todo el mundo», en inglés debe de significar gente con mucha pasta, banal en su existencia y en su trabajo, y tan estulta que cree que llevar ropa de marca confiere buen gusto y distinción. Que el Santo Ángel Custodio, patrón de la policía, vele por los que llevan su nombre, por su panda, y por el muy tontolaba y pijotero Ayuntamiento de esta ciudad. Porque del club, de la playa y de su todo el mundo cuidarán un montón de guardas jurados y todo tipos de seguratas, tal como ya ocurre en la zona de esa mierda de hotel W, que, con la aquiescencia de los politicastros municipales nos ha secuestrado agua, arena, espacio, cielo y calles. Prueben a ir con aspecto de indigente a las inmediaciones del hotelito de marras. 

miércoles, 23 de junio de 2010

Afinidades no elegidas


Hay un lugar en Barcelona en el que Abd el-Qádir (sufí y resistente anticolonialista) hace esquina con Alfonso X el Sabio y ambos abrazan el parque de las Aguas. La calle del emir argelino es estrecha, con pocas casas y situada en un barrio con pocos vecinos que compartan cultura con Abd el-Qádir. Por casualidad (creo) enfrente del rótulo de la calle hay un supermercado de nombre Faizan, que deduzco correligionario, en el más estricto y original sentido de la palabra. Pero a mí lo que me gusta es que esté codo con codo con Alfonso el Sabio.
No sé si los vecinos de la calle serán conscientes de lo ilustre del personaje. Tampoco sé a quién se le ocurrió dedicarle una calle y en esa zona de la ciudad. Yo lo hubiera puesto mirando al mar, a su mar, a nuestro mar, al mismo mar que lo llevaría hasta su casa. Tan venerado que lo cantan y le cantan los artistas más aplaudidos, en Argel y en París. He visto interpretar esta canción a la orquesta municipal de Tetuán, mientras la gente aplaudía y cantaba con auténtico fervor, y para que un marroquí jalee a un argelino....

Hay días que esta ciudad es muy hermosa y calles que parecen un acto de justicia. A mí me toca vivir en una dedicada a un general, con el que Abd el-Qádir hubiera hecho buenas migas porque también se dedico a darle sopas con honda al gabacho invasor. Cerca de mi casa está la calle donde Ramón y Cajal descubrió la teoría de la neurona. Al lado del portal tiene una pequeña placa, que ningún guiri se detiene a mirar (y por la zona pasan unos miles). Yo siempre que ando cerca, voy hasta la puerta, me detengo ante ella y hago una leve inclinación de cabeza, honor y reconocimiento a las personas importantes. Me parece tener claro a quien le debo homenajes, aunque no tengan estatuas.