Sin empacho ni dudas éticas, en el caso de Dominique Strauss-Kahn me salto la
presunción de inocencia. El director del Fondo Monetario Internacional (no un
mindundi con aspiraciones de delincuente al menudeo) salió corriendo del hotel,
dejándose pertenencias y sin pagar, se fue directamente al aeropuerto e intento
largarse lo antes posible y sin llamar la atención a un continente donde no lo
fueran a perseguir por lo que quizá no hizo. Cuando lo trincaron, dijo que él
no había hecho nada de nada; y al darse cuenta de que lo habían pillado con el carrito del
helado (el ADN y esas zarandajas que hacen bueno el refrán ese de que antes se
coge a un mentiroso que a un cojo) rectificó y aseguró que hacer sí que había
hecho pero porque le habían dejado y con gusto mutuo. Así que igual no hizo lo
que dicen que hizo, pero tiene toda la pinta de que hizo eso y ha ido haciendo
mucho más.
Así que lo juzgo y condeno: asqueroso, hipócrita, canalla, prepotente y una
docena más de adjetivos que hacen que no me sorprenda su capacidad de entrar al
juzgado con la cabeza alta y sin que los abucheos le hagan sentir ni vergüenza ni
arrepentimiento. Pero quien me sorprende es su mujer. Esa que entra a su lado,
cogida de su brazo, elegante y sobria, pero también un punto soberbia y arrogante.
Sabe lo que sabemos todos y, seguro, mucho más y peor; y es, después de la
trabajadora del hotel acosada, la persona
más humillada por DSK. Una mujer culta y formada, capaz de ganarse la vida,
inteligente y bien situada; entonces, ¿por qué está ahí? ¿A qué viene esa afección incondicional? ¿Cómo
no le da asco cogerse de ese brazo? ¿Puede tener tanto que perder que le
compense no conservar la más mínima dignidad? ¿Qué puede sacar de ese lodazal
para hacer ese paseíllo sin morirse de vergüenza?
PS. Varias semanas
más tarde. Dicen que hay inconsistencias en el testimonio de la mujer que
denunció a DSK; y que había mentido en otras ocasiones; y que está relacionada
con traficantes de drogas que están en prisión. Todo eso no implicaría que no
sea plausible que DSK la acosara. Si se trata de juzgar a partir de hechos
anteriores, el fulano tiene también su historial de acosos. Y si las
inconsistencias y las mentiras desacreditan, a ver hacia donde lleva que el
fulano se escapara corriendo del hotel y que intentara no ser retenido
invocando una inmunidad diplomática que no tenía; por no hablar de que dijo que no toco a nadie y luego que sí pero que fue consentido. Así que si
es inocente de violación, que lo absuelvan, y yo reconozco mi error (como si tuviera alguna importancia lo que yo opine), pero no dejara de rodearlo la
sospecha de que ante la justicia (sobre todo en EE. UU.) el poderoso siempre
tiene ventaja.
Ahora dicen que
en Francia lo esperan como agua de mayo. Si este individuo (con su historial de
relación con las mujeres y con su ostentación y derroche), es la esperanza del
socialismo francés, los franceses se merecen unos cuantos años más de Sarkozy.
Y no solo eso, señu. Su mujer fue quien pagó la fianza...con sus bienes personales, ya que si quería pagarlos con los bienes de DSK iban a pasar unas horas. Así que le pagó la salida de la cárcel con el dinero de su bolsillito. A mí también se me escapa. Pero en esos ambientes se me escapan muchas cosas. Desde mi posición, donde veo pasar miniDSKs y sus miniDSKconsortes, hay actitudes para mí incomprensibles. Esta sería un ejemplo, pero las hay a patadas. No sé por qué, pero parece que cuanto más arrimas el hombro a estas esferas, más le das a todo lo que se te abre de piernas (bajo coacción, voluntariamente o pago previo); y si eres la mujer, parece ser que aceptas eso sí o sí. Ignoro qué recibe a cambio y de qué manera puede compensarle todo eso. Pero bueno, estamos hablando de personas totalmente amorales (tanto él como ella) sin honor ni dignidad (propia o ajena) ni mucho menos empatía. Viven en otra liga, en otro mundo (que no quiero conocer, la verdad).
ResponderEliminarCristina, yo creo que no corremos riesgo alguno de conocer ese mundo ni a quien lo habita; bueno, tú de refilón a los mini DSK, pero haz como si no los vieras.
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