martes, 14 de diciembre de 2010

Lavanderías nigerinas


En Niamey el polvo se te mete debajo de las uñas y la mugre se pega a los talones. Sin embargo, la gente va insospechada y misteriosamente limpia. Quizá el secreto esté en la sofisticada tecnología de las lavanderías. Nadie se plantea otra manera de lavar que no consista en sentarse en el suelo y pasar horas frotando. Tampoco parece que a nadie le parezca buena idea poner una cuerdas y colgar la ropa (no obstante, en la residencia de la Misión Católica sí tienen un par de cables y algunas pinzas).
También les parece muy raro a los nigerinos la idea de poner un palo al instrumento que se usa para barrer (una escoba como las que antiguamente se fabricaban con brezos). Mohammed, que barre el patio, no ve cual es el problema de andar toda la mañana con el lomo doblado para retirar un polvo que volverá a entrar por una punta del patio antes de que él llegue a la otra. Tampoco le parece una tarea inútil: C'est comme ça; toujours c'est comme ça.

No me he atrevido a preguntar si alguien tiene lavadora ni qué hacen en la estación de lluvias.

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