lunes, 1 de febrero de 2010

Machismos camuflados

Estudié en un instituto de provincias. Cuando asistieron a él mis hermanos, mayores que yo, era mixto. Pero cuando llegué yo, había aumentado el número de bachilleres y, como ya no cabían en el edifico viejo, hicieron otro; ante el dilema de cómo distribuirlos optaron por el segregacionismo. Así que fui al instituto femenino, si bien el patio de recreo era común. No es difícil imaginar el estado de enajenación con el que salíamos los adolescentes a ese patio de recreo, donde seguro que íbamos a encontrarnos con otras personas con sobredosis de hormonas, de las otras.

Nos costó más o menos, pero creo que casi todos (por si alguien no lo sabe, ese todos incluye mujeres y hombres, ya que en castellano el género masculino es el no marcado con sexo alguno) fuimos manejándonos con cierto desparpajo en situaciones en las que hubiera individuos masculinos y femeninos de la especie Homo sapiens. Incluso, con no poco esfuerzo, hemos ido consiguiendo que en muchos de los ámbitos en que no había mujeres, las haya, y que cada vez se sorprenda menos gente de que una mujer realice casi cualquier actividad y que asista a cualquier acontecimiento y que vuelva a la hora que quiera sola o acompañada y que se siente donde le de la gana aunque haya un hombre al lado, hasta en un bar y tomándose una copa.

A mí, todo eso me parece un avance y una conquista. Y sé lo que digo porque he experimentado la frustración de no poder darle la mano a un hombre para saludarlo, no se fuera a creer que yo era una puta; y la rabia de sentirme como una apestada cuando han intentado que en un café me meta detrás de una cortina para que no me vea nadie. Pues parece ser que no, que eso no son logros. Ahora va y resulta que es una conquista que haya taxis exclusivos para mujeres, conducidos por mujeres, claro, para que yo no me sienta agredida ni en peligro ni intimidada, sobre todo por la noche si me encuentro un hombre al volante del taxi. No han dicho si pararan para coger a travestis, gasy y lesbianas.

No sé quién es el imbécil (es la imbécil, que aún es peor) a quien se le ha ocurrido que mandarnos al gueto nos da tranquilidad; el paso siguiente es decir que si nos quedamos en casa no nos intimidarán. Tampoco sé cuántas taxistas habrán aceptado conducir taxis en los que no puedan ir hombres; les aconsejo que miren bien si en el taxi han puesto lavadora y cocina, porque eso tiene pinta de trampa para osos. Yo desde luego, antes me hago el Camino de Santiago con tacón de aguja que subirme a un taxi rosa. Es que, además los pintan de rosa chicle; ¡encima de machistas, horteras!

PS1 Parece ser que en Londres ya funciona un servicio de ese tipo. Claro que Blair es inglés, así que la idea de que un inglés sea gilipollas no es nueva.
PS2 Leo que existe un servicio similar en la ciudad de Puebla, en México. Por supuesto, es una buena idea preventiva en situaciones extremas, como las de la salvaje violencia de género que se da en muchas ciudades de México y que no son para hacer bromas.

4 comentarios:

  1. Hola, creo que tienes toda la razón del mundo en lo que escribes. A mí se me ocurre esta otra reflexión: la iniciativa de los taxis rosas parte de la idea de que una mujer no va a agredir a otra, algo que me parece una soberana gilipollez, es ignorar que en el mundo también existen asesinas, ladronas, psicopatas... siempre se nos olvida que las mujeres podemos hacer de todo: bueno y malo. yo tampoco me subiría en un taxi rosa.

    un saludo
    Noemí

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  2. Creo que al final no los pintarán de rosa, sino que estéticamente serán igual al resto.
    Por cierto, como excusa/justificación también han dicho que lo hacían por las taxistas, para que cogieran clientes (bueno, clientas) con toda la calma y tranquilidad del mundo. Con un par. Siguiendo lo que dice Noemí, el día que una yonqui se cargue a la taxista no sabré si reír o echarme a llorar...
    Personalmente, todo el feminazismo este que se está montando con pretextos tan absurdos me pone de los nervios. Atacá estoy.

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  3. Lo que dice Noemí es bien cierto; creo que han piensan en términos estadísticos y parece ser que las mujeres delincuentes son menos. Lo que no entiendo es que los taxistas hombres no se sientan discriminados, ya que la idea es que merecen menos seguridad. ¿Y la discriminación para los clientes hombres. Para un tío un taxi y una señora le dice que no puede subir porque es hombre; para mí que debe de ser inconstitucional, y si no queremos que nos aparten de algún sitio por ser mujeres, no podemos hacer lo mismo. Pero, sobre todo, es que es una trampa para osos: protegidas = escondidas, apartadas, segregadas, discriminadas (las clientas y las taxistas). No me pueden atacar porque soy una ciudadana, una persona, no porque me metan en una jaula. LA idea subyacente es que el "pecado" está en la mujer, que provoca e incita a la concupiscencia.

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  4. Creo q la mayor discriminacion la tenemos en las portadas tipo "woman" y "playboy" en los anuncios de detergente, cosmetica y coches q por cierto son cientos al cabo del dia,y no he leido nada aqui al respecto, aun no he visto un solo anuncio de "taxis rosas" y si hay mujeres a las q eso si les da tranquilidad? mujeres q han sido violadas y acosadas (yo conozco algunas) y no conozco un hombre violado, esta claro q las agresiones se dan mas de hombre a mujer, q de mujer a mujer y de mujer a hombre. Ah no creo en el "pecado" de la mujer creo q tenemos derecho a ser quien queramos ser, seamos el sexo q seamos. Y si queremos protegernos, protegernos, tampoco me meto a las 5 de la madrugada en un bar lleno de tipos colocados.
    Por cierto House me parece un prepotente, endiosado, manipulador con ramalazo machista y cobarde con los afectos de cualquier tipo. No es imprescindible para nada, no me gustaria ni como padre, hermano, lio, ni pareja.

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