lunes, 18 de octubre de 2010

Mujeres importantes



Parece ser que hay once mujeres chinas muy ricas. Supongo que la noticia tiene cierta relevancia macroeconómica, aunque no sé si porque hay muchas mujeres chinas ricas o porque hay solo algunas mujeres chinas que son ricas pero estén entre las más ricas del mundo. Yo, que sigo analizando la cuestión de la riqueza y su reparto con un sesgo ligeramente proletario, deduzco que hay once mujeres chinas especuladoras o explotadoras (o ambas cosas), porque creo que nadie se hace muy rico trabajando. Quizá haya algún ejemplo de eso que llaman hombres hechos a a sí mismos, que de la nada y solo con el esfuerzo personal han llegado a la riqueza, el reconocimiento social y, quizá, hasta la educación y la cultura. Tal vez haya algunos que han tenido mucha suerte —es decir, que han pegado un pelotazo—, y es posible que algunos de ellos, consciente de lo inmerecido de su posición, crean que deben devolver algo a la sociedad e intentar equilibrar la injusticia de un mundo que pasa de la gran sequía a la gran remojá en cuestión de kilómetros, sin ir más lejos, en los catorce que separan África de Europa.

El caso es que hay mujeres con más pasta de la que podrán gastarse en toda su vida. Alguien elabora una lista y publican en los medios de comunicación de todo el mundo nombres y apellidos, y dedicación principal (habrá que ver cómo cuantifican y suman, porque la gente muy rica, por definición y por codicia, dicen bastante menos de lo que hay y ocultan lejos  de todo lo que se parezca a un inspector de hacienda bastante más de lo que enseñan). Ya me imagino que le da igual al redactor, a quien ha preparado la lista y a las señoras, pero quiero decir que a mí esas mujeres no me importan nada.

Lo que me gustaría saber es quiénes son las más pobres. ¿Es que no van a buscarlas? ¿Nadie va a decir dónde están, cómo se llaman y a qué se dedican? ¿O es que son tantas que  no saben por dónde empezar los hacedores de listas? Una sugerencia: pueden darse una vuelta por África; tienen para no parar de escribir el nombre de las mujeres más pobres del mundo, es decir, de mujeres importantes. Si serán importantes que veneramos la tierra que pisan y, sobre todo, lo que hay debajo. 

PS: Los chinos se han apuntado a hacerse los amos de África, por varias vías. La primera es hacerse con las contratas de las infraestructuras (supongo que a cambio de cuantiosos sobornos, costes ínfimos y rendimientos inauditos). La segunda es la de los pequeños negocios y la presencia creciente pero paulatina. Se comportan como en Europa: integración nula y nada de reivindicaciones ni de hacerse visibles. 
Hay que reconocerles que montar un todo a cien en África, 
donde todo es a uno, tiene su mérito.

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